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TECNOLOGÍA NATURAL: Estructura de los cardos

El Velcro ® es un sistema de apertura y cierre práctico basado en el principio de gancho y bucle de los cardos de la planta Arctium bardana. 

DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO

 

El Sistema de Apertura y Cierre del Velcro®.

La historia del velcro comienza en 1948 cuando el ingeniero suizo George De Mestral fue a un viaje de caza en las montañas de Jura con su perro. A De Mestral le llamó la atención que sus pantalones y el pelaje de su perro tenían adheridos, con gran fuerza de agarre, unas flores del cardo de alpino[1].

 

Inspirado por la naturaleza de los cardos, realizó unos primeros intentos, pero los lazos eran muy grandes para los ganchos, o viceversa. A finales de 1940, diseñó telares para producir materiales con el mismo gancho y mecanismo de sujeción que el diseño natural. A principios de 1950, descubrió que el nylon, cuando se cose con luz infrarroja, forma unos ganchos más fuertes, y sustituyó al algodón como materia prima. De Mestral con el tiempo y muchos esfuerzos, a partir de una idea surgida de un suceso accidental, pasaría a inventar un revolucionario sistema de cierre que no se bloqueaba y que superaba, por su sencillez y su resistencia, a otros sistemas precedentes.

 

En el año 1951, De Mestral solicita la patente al gobierno suizo. El invento se denominó Velcro, el cual es la combinación de las sílabas iniciales de las palabras francesas Velours (que significa “de terciopelo”) y Crochet (que significa “gancho”). De Mestral, en 1952 fundó su propia compañía, Velcro SA, en Suiza para la fabricación de su nuevo cierre. En varios países europeos obtuvo la patente, incluyendo suiza, y en el año 1955 en los Estados Unidos  De Mestral (1955). En 1958 se registró oficialmente la marca comercial Velcro®.

 

A partir del año 1960, el Velcro® fue introducido al mercado pero no obtuvo éxito inmediato. Fue hasta después del uso por parte de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA) que el Velcro® se popularizó. Actualmente, el Velcro® se emplea para numerosos bienes de consumo (prendas de vestir, artículos de aseo, del hogar, deportivos, partes del automóviles), maquinarias (aparatos médicos, equipos aeronáuticos), entre otros. Según un informe de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual “World Intellectual Property Organization” (WIPO) el Velcro®, en sus comienzos, era una pequeña empresa que ganaba $60 dólares por semana a pasar a tener una rentabilidad de $93 millones de dólares, en el año 1988.  Una década después, en el año 1996, la rentabilidad seguía incrementándose alcanzando ventas de $ 177 millones de dólares. En el año 2008, la compañía cumplía 50 años desde su creación y ganaba $ 298 millones de dólares[2], conviertiéndose en uno de los inventos biomiméticos con éxito en ventas.

 

 

 

[1] Veáse para la historia del Velcro® http://www.aps.org/publications/apsnews/200402/history.cfm

[2] Véase http://www.wipo.int/ipadvantage/en/details.jsp?id=2658

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CLASIFICACIÓN

 

Muchos autores han señalado al Velcro como un caso icónico de referencia histórica para el desarrollo de la biomimética. Lacerda et al. (2011:5) clasifica al Velcro® como uno de los primeros proyectos de biónica en la ingeniería textil, que utiliza la forma y la mecánica de un cuerpo de adhesión a los cierres. Vicent y Mann (2002) consideran que el velcro® hace parte de un proceso denominado transferencia sistemática de tecnología desde la biología hacia la ingeniería. Desde el punto de vista de la biomecánica, Vogel (2000: 298-300) ha analizado el caso del Velcro® como una muestra exitosa de copia humana de una tecnología natural. A pesar de que el Velcro® fue desarrollado sin la existencia de estudios científicos que demostraran los principios biológicos y físicos subyacentes, en la actualidad, se han verificado muchas de sus propiedades. Pugno (2007) describe los principios de mecánica no lineal que caracterizan desde un punto de vista físico, las capacidades de sujeción, la fortalece y efectividad del Velcro®. 

 

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